Nunca me había parado a pensar en ese breve trayecto que va del taxi a la cama, pero condiciona mucho la manera en la que uno se va a dormir después de una noche de copas.
Del taxi a casa de mis padres todo era paz y silencio. Todo invitaba a soñar con la cama. Sobre todo cuando por el camino se cruzaba alguna niña a la que la inexperiencia y las copas apenas le permitían tenerse en pie sobre sus tacones.
El caso es que esta noche todo ha sido ruido y gente que iba más que venía. Además, no he visto a ninguna adolescente haciendo equilibrios. Espero acostumbrarme, pero creo que no me gusta.
Adolescente. Leo una y otra vez esta palabra y me siento raro.
La primera noche ha sido divertida. N ha aparecido a última hora con el plan perfecto: concierto de La Habitación Roja en la fiestas de Hortaleza. El concierto ha estado bastante bien, aunque lo mejor ha sido volver a montarme en el pulpo. Por cierto, qué atracción tan legendaria el pulpo... ¿No?
viernes, 1 de junio de 2007
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